Yo quiero ser traductora, por lo que en un principio debería decidir en qué
sector me gustaría ubicarme dentro del mercado, si el sector privado o el sector
público o institucional.
En principio la elección del sector privado podría permitirme trabajar como
autónoma o para una agencia de traducción, lo que en un principio puede
resultar más atrayente puesto que a priori el abanico de posibilidades y
sectores es más amplio, aunque supongo que con el tiempo es inevitable que te
especialices en algún campo concreto.
Pero… teniendo claro que lo que a mí más me gustaría es dedicarme a la
traducción jurídica, digamos que mi objetivo parece más dirigido a pertenecer a
algún organismo o entidad en el que la especialización sería necesaria
prácticamente desde el primer momento. La administraciones públicas, los organismos
internaciones o las entidades financieras serían algunos de los empleadores
objetivo en este caso.
A nivel internacional, la traducción e interpretación institucional se
lleva a cabo en organismos como la ONU, con 6 lenguas oficiales (inglés,
francés, ruso, español, chino y árabe), y dentro de la Unión Europea, en
organismos tales como la Comisión Europea, el Parlamento Europeo, el Comité
Económico y Social, el Comité de las Regiones y el Tribunal de Justicia.
También hay posibilidad de participar como traductor en organizaciones
internacionales no gubernamentales, que con frecuencia suelen contar con
traductores e intérpretes contratados, aunque el hecho de poder participar como
colaborador voluntario puede ser una base importante para coger experiencia
sobre el terreno.
Todas estas instituciones y organismos suelen presentar una característica
común: la cualificación exigida para entrar a formar parte de ellas es muy
alta, siendo cada vez más frecuente no solo disponer de los conocimientos
necesarios en traducción, sino también complementarlos con conocimientos de los
temas sobre los que se trabaja, de tal forma que el traductor se convierte al
mismo tiempo en revisor de los textos que generan las instituciones.
Si nos limitamos al ámbito público español mi impresión personal es que el
grado de profesionalización en general no es tan alto. A menudo algunas de las
personas que se dedican a traducir textos tienen conocimientos de ambas lenguas
pero no son especialistas, por lo que con frecuencia se debe recurrir a
empresas privadas que ofrecen servicios de traducción. Sin ir más lejos, yo
misma durante mi etapa de profesora de idiomas trabajé como intérprete en
varias ocasiones para la policía local y en los juzgados de la localidad donde
residía en aquellos momentos.
Experiencias como la vivida me hacen pensar que de alguna manera existe una
especie de agujero que debería tratar de cerrarse mediante la contratación de
gente especializada porque ¿cómo asegurar la calidad de las traducciones si no
están realizadas por gente cualificada y especializada? Este tipo de
traducciones e interpretaciones deben salvar las las diferencias que existen
entre distintos ordenamientos jurídicos de distintos países, pues no siempre se
encuentra una correspondencia terminológica adecuada y ello ocasiona problemas
en la transmisión del mensaje.
No hay comentarios:
Publicar un comentario